Llegaban juntos, pero no revueltos. Y el normalmente anodino paseo por el plenario, de besos, saludos y abrazos, ha servido también de pulso entre sanchistas, que gritaban a favor de Pedro, y susanistas, que lo hacían a favor de la presidenta. Y todavía no se sabía quién de los dos hablaría antes, quién, en definitiva, cerraría, clausuraría el decimotercer congreso del PSOE andaluz. Antes, la nueva ejecutiva, sin, ley del talión, ningún afín a Pedro Sánchez. Ha habido beso, felicitación... Y finalmente ha sido ella la que ha subido primero al atril, donde las primeras palabras, para él. "Gracias, Pedro, por venir". Y las siguientes, también. Sobre plurinacionalidad. "Cada uno es andaluz y español como le da la gana". O su propia relación. "Vas a tener como secretario general de los socialistas la lealtad de todos los socialistas andaluces y la mía, la primera. Y lo único que te pido como secretario general de los socialistas y presidenta de Andalucía, que nunca me hagas elegir entre las dos lealtades, porque soy la presidenta de todos los andaluces". Marcando terreno: "Valentía para levantar la voz en tu partido y fuera de tu partido". Pero tregua que también ha firmado el secretario general. "Mi secretaria general, mi presidenta de la Junta de Andalucía, felicidades, Susana, enhorabuena. Susana, tú y yo hablamos el mismo idioma. El idioma de la igualdad, de la fraternidad entre los seres humanos y el de la libertad, que es el idioma del Partido Socialista Obrero Español". No en vano, ambos tienen claro que se necesitan. "Susana, tienes mi apoyo y el del conjunto del socialismo español para ganar las elecciones en 2019, aquí en Andalucía y en todos los municipios de España". Tan claro, como que en este PSOE queda mucho por coser.
-Redacción-