En medio de una enorme expectación mediática, empezaba el curso político y la admisión a trámite de la Ley del Referéndum, registrada desde julio, no se ha incluido en el orden del día. La cautela como razón para el retraso, además de la complejidad. La Generalitat estira así los plazos, juega sus cartas y maneja el calendario para retrasar la inevitable impugnación. Lo que ha provocado el enfado del resto de partidos. La cuestión ahora es saber cómo y cuándo tramitarla, quizás el martes que viene en la próxima reunión. El Gobierno insiste que estará tras la puerta, al acecho, y el juego del ratón y el gato sigue abierto, por ahora.
-Redacción-