El miedo a un atentado terrorista planea sobre las capitales europeas. Para evitar masacres con el mismo modus operandi que el de Barcelona, en Lisboa han instalado bolardos y bloques de hormigón en los principales puntos turísticos. Para los viajeros que llegan a la capital lusa es una buena medida, pero insuficiente. Además, estos obstáculos han de ser móviles, por si fuera necesaria una intervención de urgencia. A esta medida se le añade el aumento de policías patrullando los puntos clave de la ciudad, sin embargo Portugal mantiene la alerta terrorista en "moderada". Y aunque el primer ministro luso dijera que no hay ningún indicador de riesgo, toda precaución es poca para evitar otra tragedia como la de Barcelona.
-Redacción-
