El objetivo, un convoy del metro de Londres en una de las líneas más saturadas, la Distric Line y en plena hora punta. A las 8:20 de la mañana, en la estación de Parsons Green explota, parcialmente, un artefacto de fabricación casera, grabado aún ardiendo instantes después de causar una enorme bola de fuego. El artefacto, confirma Scotland Yard, es improvisado, algo rudimentario. Un bote de pintura dentro de una bolsa térmica del que salen cables, con un temporizador y que podría estar cargado con nitrato de amonio o algún tipo de fertilizante altamente inflamable. La explosión detiene el convoy y la confusión es total, pero la Policía lo tiene claro: es un acto terrorista y empieza la búsqueda del autor o autores. Se pide colaboración ciudadana, cualquier imagen es bien recibida, no sólo de la estación afectada sino de todo el recorrido. Los artificieros, al descubrir el temporizador, sospechan que no se trataría de un atentado suicida y que el terrorista o terroristas se han podido bajar en alguna parada anterior facilitando así su huida.
-Redacción-