Bangladesh intenta asimilar el éxodo de la minoría musulmana rohingya. Más de 400.000 personas han llegado a su territorio huyendo de la limpieza étnica que se estaría ejecutando en Birmania. Los refugiados reciben la ayuda justa, en el mejor de los casos, en un país ya de por sí necesitado. Naciones Unidas ha advertido a la premio Nobel de la Paz San Suu Kyi, jefa del gobierno civil birmano, para que intente evitar la tragedia. Aunque detrás de la persecución parece estar un general del omnipresente Ejército de un país que ha vivido bajo la dictadura militar durante décadas.
-Redacción-