El ruido de las bocinas que truena en las calles de Barcelona, y el sonido de la música antes ante la catedral. Al bullicio de una tractorada, se le suma el compás medido de un concierto. A tres días del 1-0, el independentismo insiste en exhibir su músculo en imagenes que dan cuenta de la amplitud del movimiento y de su penetración en todas las esferas de la sociedad catalana. Los alcaldes exhiben sus varas... y sí, ellos son políticos. Pero están también directores de colegio que ceden sus llaves; estudiantes siempre predispuestos a la movilización; bomberos en el tejado; abogados con toga; curas... hasta la asocación de guionistas se anima via comunicado a defender la causa. Mayores y niños llamados el sábado a acampar en los colegios. Clases populares y élites con palco en el Liceo. Todos a una: siempre, "Els segadors".
En esta época en la que un tuit de 140 caracteres vale más que un discurso, la imagen que llega vale más que la que no se ve. Hay otra Cataluña,,, sin duda. Pero, hoy por hoy, la foto que se impones es la de la estelada contra Piolín.