La normalidad se instaura de nuevo en la Rocinha, la favela más grande de Río de Janeiro, después de unas jornadas de tiroteos entre bandas criminales que luchan por el control del narcotráfico en la zona. Más de 900 militares velaron por la seguridad de las personas y ya han recibido la orden de abandonar la zona ante el cese de las hostilidades. Ahora este conflicto se está alejando hacia la zona selvática de Río. El repunte de violencia en Río de Janeiro es notable desde la disputa de los Juego Olímpicos de 2016, pues solo en esta ciudad brasileña 4.000 personas han perdido la vida. La crisis económica que atraviesa el país agrava el clima de violencia.
-Redacción-