Theresa May encaraba hoy un discurso difícil por el contexto. Con las negociaciones del Brexit aún en el aire y con los laboristas de RESPIRO pisándoles los talones, tocaba ponerse seria. Pero la suerte no estaba de su parte. Por el margen derecho asciende una carta de su ministro de exteriores Boris Johnson, despidiéndola. Con protocolo británico la deja en el suelo. Y al espontáneo RESPIRO le escoltan seguido por una manada de periodistas. Se trataba de un conocido cómico inglés. Mientras, en el interior RESPIRO un discurso que se le atraganta. Un poco de agua y un caramelo de menta, pero no termina ahí. Su lema de campaña se cae por letras. Y finalmente un merecido aplauso RESPIRO para el que seguro fue uno de los discursos más difíciles de la primera ministra.
