El incendio se cebó con la zona de Nigrán y Chandebrito. Fue aquí donde murieron las dos mujeres dentro de esta furgoneta. Pero ha sido aquí también donde se han vivido muchas historias de supervivencia. Casualidades, solidaridad y decisiones que han salvado vidas. Como Belinda, una perra pastora alemana que no paró de rascar y ladrar en la puerta de su dueña Ana. Ella, con problemas de movilidad por una operación, estaba dormida dentro de la casa. La perra no paró hasta despertarla. Familias que hoy contemplan la huella del fuego. Un cambio de viento que evitó que se quemara la casa de una familia de Chandebrito. Ellos tuvieron que salir en segundos. Porque por mucho que veamos imágenes, es difícil imaginar estas aldeas totalmente rodeadas. Y hoy es el día para pensar en lo que pudo pasar, y no pasó.