Cuando los ocupantes del vehículo salen del coche se dan cuenta de que María Esperanza ha recibido un disparo en el cuello. Están todavía en shock y la guía turística incluso se enfrentó a los agentes. María Esperanza murió poco después en el hospital al que fue trasladada en el mismo coche. Hoy han declarado su hermano, su cuñada, el conductor y la guía que acompañaban a la víctima durante su recorrido turístico por la favela Rosinha. Todos ellos niegan que el conductor se saltara una barrera policial, porque aseguran que no había ninguna. La Policía brasileña ha abierto una investigación y ha detenido a los dos agentes de la Policía Militar que aseguran que dispararon al coche porque se había saltado un control. Los tour operadores siguen ofreciendo las tradicionales visitas a esta favela, considerada la más grande de Río de Janeiro a pesar de la escalada de tensión de las últimas semanas. En el Puerto de Santa María, de donde era María Esperanza, hoy ondea la bandera a media asta. Era propietaria de una inmobiliaria y muy conocida en el pueblo. Sus vecinos siguen sin dar crédito al terrible desenlace de lo que iban a ser una idílicas vacaciones.
-Redacción-
