Forcadell dejaba en un continuará el pleno en el que Puigdemont le dio al Parlament la llave para decidir. Después del desconcierto, los retrasos, las dimisiones, los enfados y las caras de alivio que iban cambiando hoy, casi sin margen, más reuniones.
Reuniones para decidir, por ejemplo si la votación era privada y secreta, como pedía el PP, en busca de posibles fugas.
Los grupos tenían hasta las diez y media para registrar un máximo de tres resoluciones CONTRA EL 155, aunque también podían ser conjuntas, como lo ha sido la que lleva aparejada la declaración de independencia.
Idéntica a la que se firmó de forma simbólica el día 10, fuera del Parlament. Pero le añaden propuestas como: La expedición de un DNI catalán, la firma de un tratado de doble nacionalidad, la repartición de la deuda y los activos, el trasaso de hacienda, o la elaboración de un inventario de bienes a repartir.
Le acompaña una segunda resolución en la que se pide que se ponga en marcha el proceso que preveía la Ley de Transitoriedad, (declarada anticonstitucional)
y ambas resoluciones las firman: Lluís Corominas y Marta Rovira, de Junts pel Sí, y Mireia Boya y Anna Gabriel de la CUP
Una hora después y a pesar de la advertencia de los letrados que declaraban ilegal la resolución; La mesa da luz verde y la tramita.