Pasadas las 11 de la noche, Care Forcadell abandonaba el Tribunal Supremo en el asiento trasero de un coche policial y entre gritos de apoyo de un pequeño grupo de independentistas. Poco después llegaba a la cárcel de Alcalá Meco, la misma donde están desde hace una semana las exconsejeras Meritxell Borràs y Dolors Bassa. Cerca de ellas ha pasado la noche la presidenta del Parlament después de que el juez Pablo Llarena ordenase prisión eludible bajo fianza de 150.000 euros. Después de colaborar con la justicia respondiendo a todas las preguntas, tras acatar el artículo 155 de la Constitución y declarar que la independencia fue algo simbólico y no jurídico, el magistrado rechaza la prisión incondicional que pedía la fiscalía. En su auto, el magistrado argumenta el encarcelamiento de Forcadell por su papel protagonista a lo largo del proceso independentista y descarta imponer, de momento, la fianza de 6,2 millones de euros que pedía la fiscalía. Es lo que costó el referéndum del 1 de octubre. Su abogado ya ha dicho que va a recurrir la decisión porque la considera desproporcionada. Forcadell podría quedar ya hoy en libertad, con la retirada del pasaporte, la prohibición de salir del país y la obligación de comparecer cada semana en el juzgado.
-Redacción-
