Gran Vía en los años 50 con tan pocos coches soportaba mucho menos tráfico. Es una de las ideas que se ha perseguido con la remodelación, más difícil con el volumen de vehículos que hay en el centro 70 años después. No hay duda en la nueva Gran Vía quien gana seguro es el peatón con aceras más amplias y mobiliario urbano nuevo y más moderno. Hay algún detalle, como los árboles, autóctonos de China, poco frondosos, de los que los viandantes se acordarán en veran. Y para cuando llegue el buen tiempo hay otro temor, que es que las terrazas invadan la acera ganada a la calzada. Desde el inicio el proyecto de remodelación provocó el rechazo de las asociaciones de comerciantes. De momento ayer se inauguró a lo grande con el encendido de luces de Navidad. Estaba de foto, preparada para el fin de semana de compras y ajetreo de Black Friday en el que la Nueva Gran Vía se pone a prueba.