El Banco de Inglaterra acaba de hacer público un informe en el que advierte que un divorcio sin acuerdo sería letal para su economía. Provocaría una depreciación de la libra de hasta un 25 por ciento y dispararía la inflación al 6,5 por ciento. Aumentaría el desempleo y subirían los tipos de interés. La economía británica sufriría una recesión peor a la crisis de 2008.