Una derrota humillante es lo que ha evitado a toda costa Theresa May, al posponer a última la votación en el Parlamento británico de su acuerdo sobre brexit prevista para hoy. De nada le han servido las dos semanas de campaña porque hasta un centenar de diputados de su propio partido habrían votado en contra de su acuerdo con Bruselas.
En un debate muy duro, la oposición le ha llegado a llamar cobarde, mientras la primera ministra británica no ha ofrecido fecha alternativa a la votación, tan solo se ha comprometido a renegociar con Europa los puntos más conflictivos del brexit, como la llamada salvaguarda irlandesa que Reino Unido se mantenga de forma indefinida en la unión aduanera.
Pero desde Europa le responden que no hay margen para renegociar, como mucho facilitaría una declaración conjunta para ratificar el divorcio. Esto lo que se discutirá este jueves en una nueva cumbre en Bruselas, en principio sin Theresa May, que hoy inicia una nueva gira por capitales europeas