Son los miembros de las mesas -ciudadanos elegidos por sorteo- los responsables del recuento electoral. En voz alta y con los partidos presentes. Los resultados se apuntan en el acta de escrutinio, que se entrega a un juez por duplicado y ante un agente de policía. Reciben copia los apoderados, representantes de los partidos. Los independentistas van a movilizar cerca de 37.000: 20.000 Esquerra, 12.000 Junts per Catalunya y 4.800 la CUP. Muchos menos, los no independentistas: entre 4.000 y 5.000 cada partido. Un despliegue para controlar 8.200 mesas repartidas en 2.680 colegios electorales. Están llamados a votar 5 millones y medio de catalanes. La ANC ha mostrado sus recelos y ha impulsado un recuento paralelo. Innecesario según el delegado del Gobierno. Tres días después de las elecciones se hace el escrutinio general. Asisten los partidos y el ciudadano que lo desee. Se recuentan los votos y se comparan con las actas. Esos son los resultados finales. No, los que la empresa informática encargada manda al centro de datos o a los medios de comunicación durante la noche electoral. 10.000 Mossos y 5.000 agentes de la Policía Nacional y la Guardia Civil garantizarán la seguridad de los electores.
-Redacción-