La calma en los acantilados de Malpica, en La Coruña, solo es apariencia. Es un sitio complicado, por algo le llaman "la falsa". Porque el nivel del agua sube y baja y mucho y el mar es más silencioso. Aquí escondidos entre las rocas y custodiados por las olas se encuentran los tesoros del menú navideño. Es la pesca del percebe. Oti llega cada mañana buscando en los recovecos de la naturaleza sin perder de vista el mar, siempre pendiente de las olas para evitar el embiste. Es importante tener un punto de agarre y ser ágil en la captura. Solo seis veces al año se abre la veda. Este mes tienen tres días para llenar sus redes con un máximo de cinco kilos diarios. En el mercado los percebes pueden alcanzar los cien euros el kilo. Son codiciados bocados de mar.