La Guardia Civil recibía la llamada de auxilio que había dado un vecino. Los delincuentes llevaban chalecos de Policía Judicial y dentro de la casa se cubrieron los rostros con pasamontañas. Golpearon a un trabajador y al dueño, un empresario textil muy conocido. Los agentes entraron en la vivienda a tiempo y los asaltantes no pudieron reaccionar. Uno de ellos sacó la pistola, con la bala en la recámara, pero fue abatido. Los otros dos delincuentes fueron detenidos en el acto. Fuera en el vehículo esperaba un cuarto, que no tuvo tiempo de huir. La Guardia Civil está investigando sus antecedentes porque su forma de actuar recuerda a los 'vuelcos' de droga o guerras entre narcotraficantes. Ellos aseguran que entraron a cobrar una deuda, pero lo hicieron con tres armas, dos antiguas y una detonadora.
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