El icónico viaducto de Morandi, que atraviesa una parte de Génova, tiene las horas contadas. Ya ha comenzado su demolición para reconstruirlo y también para borrar de la memoria una de las mayores tragedias que ha sacudido a Italia en las últimas décadas. Ocurrió en agosto, colapsaron más de cien metros, cayendo al vacío decenas de vehículos, y el resultado fue de 43 muertos. Se cuestionó su mantenimiento y una construcción que ahora será reemplazada por una nueva genialidad de Renzo Piano: arquitecto italiano que atesora obras magistrales como el Centro Botin en Santander o el impetuoso rascacielos The Shard en Londres. Y aquí, la recreación de cómo va a ser ese nuevo puente. Se extenderá sobre mil cien metros, protegido con un revestimiento de acero, apuntalado por diecinueve pilares y cuidadosamente adaptado a una zona muy poblada. Su coste superará los 200 millones de euros y está previsto que se coloque la última piedra a finales de 2019.
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