Están siendo las Navidades más alegres de sus vidas y lo demuestran cantando y jugando como nos cuenta Marc Reig, capitán del Open Arms: "Ayer estuvimos celebrando varias actividades en cubierta con los niños, celebrando la Navidad. Muy contentos. El ambiente es fantástico." Sobre todo para los pequeños supervivientes, a los que esta peligrosa aventura les viene grande. Aunque no tanto como para quedarse sin sus más que merecidos regalos. La tripulación les ha enseñado el tradicional Tió de Nadal catalán y aunque alguno no han comprendido el juego todos han tenido su sorpresa navideña. Unos cuentos que bien podrían narrar historias como la del Open Arms. "Estamos dando comida a 300 personas. Estamos un poco cansados porque la faena es dura pero con muchísima ilusión", relata el capitán. El barco español que salvó la vida de más de 300 personas y que sigue recibiendo provisiones rumbo a Algeciras, camino de un final feliz.