Para muchos el dulce de Navidad, de esos hablamos, de los que exigen cola. Ricardo Vélez y su equipo están a pleno rendimiento, si hicieran más perderían calidad y no entra en sus planes. Cambiaron levadura por masa madre, y más. Los ingredientes dando vueltas, falta otro toque de la casa. Si está en su punto lo veremos al trasluz. Con las bolas hechas de masa toca abrir agujero, sin olvidar el regalito y tras tiempo de fermentación el toque final, su firma en cada uno de los roscones, polvo de almendra, azúcar y clara de huevo. Del horno sale para incarle el diente. Pero hay quien no perdona un relleno a la altura.