Un telón de fuego se ha levantado en Ucrania. Durante el día los agentes conseguían traspasar las barreras. Adentrarse en la otra zona. Pero, lejos de apagar su furia, han conseguido encender una nueva barricada. Llamas que alimentan con todo lo que pueden. Con lo que consiguen llevar a mano o a rastras. Mientras, los que están en primera línea se refugian en escudos rudimentarios. Y lanzan su precaria artillería sobre su enemigo. Cohetes, cócteles molotov y piedras de las que pocas quedan ya en el suelo de la plaza. Los ánimos están más encendidos que nunca, a pesar que desde el otro lado los intenten sofocar. Porque de nada ha servido la reunión entre gobierno y oposición. El presidente Yanukovich no ha ofrecido una respuesta positiva a sus peticiones. Así que le han dado un ultimatum para resolver la crisis. Seguirán en pie de guerra. Dispuestos a enfrentarse a cualquier represión policial. Y a golpear, si pueden, con más fuerza.