Un grupo de opositores intenta cubirse en medio de un tiroteo incesante.Los escudos no bastan para estar a salvo de las balas.Uno a uno, los activistas caen abatidos.Los más afortunados consiguen huir .A otros, las heridas sólo les permiten retorcerse en el suelo o como mucho, pedir ayuda.Acudir en auxilio de las víctimas es más que arriesgado.Los francotiradores no respetan las labores de salvamento.Todo lo contrario. Continúan su cacería sin piedad.No hay tiempo para pensar en una evacuación segura.Los baleados son ahora arrastrados por una pendiente o soltados desde un tejadillo al techo de una camioneta.En medio de esa matanza cruel, vemos un gesto que nos recuerda lo mejor del ser humano.El de este joven que -casi sin protección- se juega la vida para ayudar a otro,sin importale que -seguramente- es demasiado tarde.