Paco de Lucía jugaba al fútbol con su hijo de de nueve años en esta paradisíaca playa cuando le sorprendió la muerte. Pero en el hospital no logran reanimarle. Sus restos son trasladados hasta este tanatorio, donde su familia le vela desde ayer. Hasta aquí ha llegado el cónsul español que trabaja en la repatriación del cuerpo, que llegará a Madrid en las próximas horas. En Algeciras, colas infinitas para despedir al artista inmortal, a su vecino más internacional, pero también al hombre sencillo.El Ayuntamiento está condicionando la sala de plenos por si la familia quisiera velarle también aquí, en su ciudad.En el cementerio local se trabaja a marchas forzadas para preparar el espacio que ocupará el genio. La noticia de su muerte se contaba hoy en todos los idiomas, en todos los rincones. El dolor por su muerte es como el sonido de su guitarra, universal y eterno.