Unas cincuenta personas habían comprado previamente su entrada pero al llegar al museo han tenido que depositar sus datos en esta urna y utilizando un método casi prehistórico han elegido a los afortunados. Solo cinco privilegiados, que por primera vez en doce años, podrán entrar en la cueva original.Una experiencia emocionante a la que era imprescindible acceder con calzado especial, monos desechables, gorros y hasta mascarillas. Todos listos para entrar en este túnel del tiempo y disfrutar de esta Capilla Sixtina del Paleolítico, de los impresionantes bisontes rojos, de la huella a un imborrable de nuestros antepasados.A finales de año se medirá el impacto de estas visitas y se decidirá si se abre o no definitivamente este monumento de arte prehistórico.