Estados Unidos hace justicia: el presidente Barack Obama ha impuesto Medallas de Honor a 24 veteranos de guerra que no la habían recibido por discriminación racial o religiosa. Se trata de la mayor distinción militar. Solo tres de ellos viven para verlo. Dos son hispanos, Santiago Erevia y José Rodela, y han sido condecorados por su labor durante la guerra de Vietnam. Obama ha afirmado que unos actos tan extraordinarios sin duda merecen el más alto reconocimiento. Ha sido una labor difícil dados los innumerables casos de discriminación y la falta de documentación. El Departamento de Defensa lleva 12 años buscándoles. Es una manera de enmendar los errores históricos empujados por la injusticia y la discriminación. El resto de militares han sido condecorados a través de sus familias.