Pixar despertó hace 25 años. A John Lasseter le movía eso de ganarse la vida haciendo dibujos animados y así fue como empezó a dar luz a sus ideas. El flexo juguetón abrió el camino a una empresa con muchas ganas de jugar. Y como siempre, soñó a lo grande. Él y sus compinches se pusieron el mejor traje de faena. No crean que llegar hasta aquí ha sido cosa del ordenador que es muy listo. El arte que esconde cada película y que está en esta exposición. Sin todos estos trozos de papel no habría chatarra con corazoncito ni ratas gourmet, no habría nuevos mundos animados ni nuevas estrellas que lanzar a la fama.