Crece la tensión en la península de Crimea. Por primer vez, un escuadrón de tropas rusas ha abierto fuego al aire en un puesto naval contra soldados ucranianos. El conflicto se recrudece. Tras un intenso fin de semana en el que el Gobierno de Putin ha reforzado sus fuerzas armadas en la región, la situación ya es insostenible. Defienden su tierra, ni un sólo centímetro de soberanía en manos de unos ciudadanos prorrusos que pretenden anexionarse a golpe de referéndum. Una consulta de la que ayer hablaron por teléfono Obama y Rajoy y que coincindieron con el resto de la Comunidad Internacional en la falta de legitimación para celebrarla. Desde Sebastopol, decenas de convoyes rusos han cruzado el estrecho de Kerch para para impedir el avance de la brigada paracaidista ucraniana. Un punto estratégico de vital importancia que une el mar de Azov con el mar muerto. Al borde del colapso económico, la comunidad internacional sale en su ayuda. En esta ocasión el Banco Mundial le ofrece 2.100 millones de euros.