En torno a las cuatro de la tarde, los servicios de emergencias del 112 de Canarias publicaban a través de las redes sociales el aviso de un accidente de un avión de pasajeros a dos millas de la costa de Gran Canaria. La noticia llegó a emisoras de radio y periódicos digitales. La foto de lo que parecía un avión amerizado sobre el mar, alertaba al Ministerio de Fomento y a AENA. Pilotos y controladores aéreos dieron la voz de alarma al confirmar que la figura que se vislumbraba en el mar, efectivamente era un Boeing comercial. Tras varios minutos de incertidumbre, llegaba la confirmación de que lo que parecía un avión era en realidad un remolcador-grúa con base en Las Palmas que arrastraba el casco de un barco averiado.
