Esther Quintana sufrió sus consecuencias. Ella asegura que por una pelota de goma perdió su ojo izquierdo y gracias a su lucha se ha prohibido su uso. Pero Interior mantiene otro tipo de proyectil: las balas viscoelásticas, un material que no rebota pero que sigue teniendo riesgos porque sigue siendo un proyectil. El problema tampoco queda resuelto para los sindicatos policiales. Aseguran que Interior no les ha dotado de un material que las sustituya. Dicen que ahora se quedan sin un instrumento que mantenga alejadas a las masas violentas. En las últimas manifestaciones violentas, los Mossos han usado este cañón de sonido, pero aseguran que es sólo un elemento disuasorio que no sirve para contener un enfrentamiento. De momento, Interior estudiará caso a caso las necesidades de cada manifestación.