Lo ocurrido demuestra que el gobierno de Kiev no sólo no controla ni a los separatistas prorrusos ni a los ultranacionalistas ucranianos porque fue un grupo de estos últimos quien atacó a los milicianos rebeldes, adueñados desde hace una semana de este puesto de carretera. Uno de ellos cuenta que recibieron una lluvia de disparos y granadas, aunque respondieron. El fuego cruzado terminó en cinco muertos: tres prorrusos y dos atacantes. Rusia ha reaccionado con indignación ante unos hechos que han arruinado la tregua decretada con motivo de la Pascua ortodoxa. Sus celebraciones, que este año coinciden con la católica, tienen lugar en medio de un tenso debate político en el que todos se mojan. Desde el patriarca de la Iglesia Ortodoxa de Ucrania, denunciando la agresión de Rusia sobre su país, hasta las primeras autoridades. El primer ministro, que acusó a Putin de soñar con la restauración de la URSS, aseguraba tras la misa del domingo de Resurrección, que Ucrania también resucitará.
