La recuperación de España depende de nuestros vecinos europeos porque a ellos les exportamos y porque ellos nos visitan. Para que las ventas y el turismo vayan bien, el resto de Europa no puede fallarnos, pero comienza a flaquear. La economía de la Euronoza se estancó en el segundo trimestre del año, no creció nada. El motor, Alemania, ha echado el freno al caer dos décimas, el PIB francés no ha variado por segundo trimestre consecutivo, peor está la economía italiana, que ha caído un 0,2% y ha vuelto a la recesión. Mientras, España ha crecido seis décimas, pero si la locotomotora de Europa no tira, la mejoría no durará. La situación puede ir a peor si persisten las tensiones con Rusia. En caso de que hubiese problemas de suministro energético, los ciudadanos lo notarían en una subida de los precios, que a la vez afectaría a las empresas y, por tanto, a la economía.
