Un australiano de 50 años, practicaba surf a pocos metros de la orilla cuando fue mordido por un enorme tiburón. El escualo le provocó heridas de gravedad pero al parecer la muerte del surfista se debió a un ataque al corazón. Su cuerpo fue arrastrado a la orilla ante la desesperación de su mujer que en ese momento se encontraba también en la playa y apenas tuvo tiempo de darse cuenta de lo que se sucedia. La policía investiga lo ocurrido. Poco después de encontrar el cuerpo sin vida del surfista los helicopteros de la policia localizaban al tiburón en la misma playa donde atacó al bañista.