Los vecinos de la localidad jienense de Cazalilla han celebrado su tradicional Salto de la Pava, que consiste en arrojar una pava desde el campanario de la iglesia. El animal se convierte en el trofeo de quien consigue cogerlo cuando llega al suelo.Grupos ecologistas y de protección animal han criticado la tradición y presumiblemente interpondrán la denuncia correspondiente, que en los últimos años culmina con una sanción económica de la Junta sufragada por los vecinos.En esta ocasión, ha caído en manos de Pedro, un vecino de Fuerte del Rey, que ha asistido a la tradicional fiesta durante los últimos 20 años.Los vecinos insisten en que el animal no sufre y que se convierte en icono de la suerte de quien lo atrapa en la caída.