Venía dispuesto a romper su silencio y lo ha hecho. Según algunos testigos presentes en el interrogatorio, ha manifestado que, a su entender, Casa Real conocía y amparaba las actividades del Duque de Palma. tanto en el instituto Nóos, como después en una sucesiva fundación. De entrada, ha ubicado en el comienzo del Instituto Nóos al ex presidente de la Comunidad Valenciana y a la actual alcaldesa de la ciudad, Rita Barberá.Diego Torres ha confesado que en marzo de 2004 se reunió en el palacio de La Zarzuela junto a su entonces socio, Iñaki Urdangarín, con Camps y Barberá. Allí propusieron su primer gran pelotazo: algo más de un millón de euros a cambio de celebrar un congreso de dos días sobre deporte y turismo. Operación que se repitió otros dos años más.Impasible tanto dentro como fuera del juzgado, el abogado de Urdangarín ha escuchado como Torres descargaba toda la responsabilidad en Iñaki Urdangarín y su entorno. En esa línea, ha insistido que la infanta Cristina tenía tanto peso en el Instituto Nóos como cualquier otro de sus ejecutivos. Declaración que podría servir para que la acusación particular vuelva a pedir la imputación de la Infanta.Victoria López Negrete, abogada acusación popular: "Si aparecen nuevas pruebas y pruebas contundentes que hagan que eso sea así por supuesto que lo haremos".Pero Torres no se ha quedado sólo en la esposa de Urdangarín. También ha insistido en que el secretario de las infantas, Carlos García Revenga, citado a declarar como imputado el próximo sábado, supervisaba las decisiones que adoptaba Urdangarín. Para ello se ha apoyado en una nueva remesa de emails presentados por su procuradora en el juzgado. Correos con los que Diego Torres también ha apuntado responsabilidades al asesor legal de Casa Real, José Manuel Romero, Conde de Fontao. Según Torres, el consejo del conde de Fontao a Urdangarín no habría sido que dejara de negociar con las administraciones, sino que su nombre no apareciera en esos negocios.