Alfredo Sáenz fue condenado por haber realizado una falsa imputación por estafa a unos empresarios en 1994 cuando era máximo responsable de Banesto. La sentencia, dictada en 2011, le condenó a tres meses de prisión y le apartaba de la cúpula del santander ya que la legislación actual impide a un condenado desempeñar un cargo ejecutivo en una entidad bancaria. Pero el gobierno de Zapatero, en el último consejo de ministros antes de abandonar el poder, concedió un indulto que perdonaba las penas de Sáenz y le permitía seguir al frente del banco. Una salida que ahora tumba el Supremo. El máximo tribunal entiende que el gobierno socialista se extralimitó en la aplicación del indulto al cancelar los antecendetes penales que le impedian a Sáenz mantenerse como consejero delegado del Santander.