Aplauden de rabia ante la caja que ha asfixiado a Inocencia. En silencio claman contra una situación injusta con la que todos se solidarizan. Un gesto desesperado que hoy recuerdan estos cirios. Inocencia lo había perdido todo y ayer no pudo más. Se quemó a lo bonzo en la entidad que le había dejado sin sus tres casas a ella y a sus hijos por una deuda de 120.000 euros. Cuando le embargaron la cuenta, fue demasiado. Un guardia civil le salvó de una muerte segura. Pero su estado sigue empeorando. Se encuentra muy grave por las quemaduras que sufre en la mitad de su cuerpo.