Este hombre. Nicolás Maduro. Delfín de Hugo Chávez y vicepresidente hasta ayer del país, es desde la madrugada del viernes al sábado, hora española, el nuevo presidente de la República Bolivariana de Venezuela.Con lágrimas en los ojos pronunciaba su primer discurso como mandatario. Y recordaba en todo momento al hombre que les ha marcado el camino.El viernes, multitudinario funeral. Jefes de Estado de todo el planeta acudían a la capital, Caracas, a darle a Chávez el último adiós. Maduro, en uno de los momentos más emotivos del sepelio, depositaba en el féretro la espada que empuñó Simón Bolívar. Y con proclamas revolucionarias despedían definitivamente al carismático líder.Pero la despedida era generalizada en las calles de todo el país. Caracas ha sido y es un auténtico hervidero.Pero las maniobras para designar presidente han indignado a la oposición. Su líder, Enrique Capriles, no reconoce al presidente Maduro.Será el pueblo venezolano quien decida, en las urnas, por decimocuarta vez desde que comenzara la revolución, el futuro de su país.