La principal relación de Hugo Chávez fue la que quiso forjar con el pueblo venezolano. Creó un estilo único, que aplaudieron e incluso veneraron millones de sus ciudadanos y que sus detractores, criticaron por populista. Si algo ha conseguido Chávez es no dejar a nadie indiferente. Y un populismo con el que se ganó la lealtad de millones de venezolanos. No sólo se creó su programa semanal en televisión en el que el presidente se convertía en el propio moderador de su política. Sino que tampoco le importó blandir espadas o pistolas para proclamar sus ideas. Una carrera que incluso trasladó al propio campo aunque apuntarse los tantos le dejasen exhausto. Todo por una audiencia a la que deleitaba bailando y, sobre todo, cantando. Actitudes que algunos calificaron de bufonadas, pero que él practicó hasta el final. Ni los efectos de la quimioterapia pudieron acallar su voz, menos durante la campaña, en la que se dio su último gran baño de masas.
