Bajo cielo plomizo de Ascot , a las afueras de Londres, se ha cerrado una página más de los oscuros negocios de la Rusia postsoviética. Como si de una novela negra se tratara, las razones de la muerte a los 68 años del otrora multimillonario y oligarca ruso Boris Berezovsky no están del todo claras. Antiguo vendedor de coches, convertido de la noche a la mañana en magnate de los medios de comunicación y del petróleo. Conocido como Rasputín por su influencia en el gobierno de Yeltsin... Fue el que encumbró a un entonces desconocido ex agente de la KGB, Vladimir Putin... Aunque éste luego se lo arrebatara todo. De ahí en 2000 al autoexilio político a Londres para ser uno de los mayores opositores del todopoderoso presidente ruso.Denunció que habían puesto precio a su cabeza y sufrió varios atentados....El más grave una bomba adosada a su coche que acabó con la vida del chofer. Sumaba así su nombre al de otros malogrados opositores como el que fuera hombre más rico de Rusia, Mijail Jodorkoski, todavía en una cárcel en Siberia. O la asesinada periodista Anna Politoskaya y el ex espía Alexander Litvinenko envenenado con Polonio radiactivo. Perseguido por evasión de impuestos en su país, acusado de blanqueo de dinero en Holanda o Brasil y demandas millonarias. Su riqueza habría podido disminuir considerablemente en los últimos años. Suidicio o ataque al corazón son las causas probables de su fallecimiento según la prensa rusa . La policía inglesa la ha clasificado, de momento, como muerte inexplicable.