La policía no pudo controlar a las decenas de personas que acosaban a la cantante. Según, Jorge Hernández Mollar, subbdelegado del Gobierno de Málaga, "estaba todo perfectamente dispuesto, como en estos casos se hace", Todos debían estar, así, detrás de las vallas. Y lo cumplieron antes de salir la tonadillera. Después, llegó el caos.Numerosos medios de comunicación y decenas de curiosos esperaban a la cantante junto a su coche.Los policías, nerviosos, decían a resporteros que no podían estar ahí.Los agentes permitieron que cualquiera se acercase al coche y sus ocupante tuvieron pedir permiso, a gritos, para entrar, de esta manera, al vehículo. Finalmente, salían pitando de aquel desorden Ninguno de los afectados ha presentado queja alguna en el juzgado.