Los cartones del bingo que jugaban en su peña les han costado 3.000 euros. Son jubilados y les han multado por jugar partidas a 20 céntimos. Ya les abrieron un expediente hace dos años, se sienten perseguidos por Hacienda. Desde entonces, les han visitado los inspectores hasta en nueve ocasiones. La Conselleria insiste en que estas partidas deben jugarse en un centro regulado, si no, están fuera de la Ley. Los jubilados no renuncian a entretenerse y han cambiado el bingo por las cartas. Son pensionistas de más de 70 años pero muy indignados porque les han quitado su pasatiempo favorito y con una multa que algunos son reticentes a abonar.