Londres ha amanecido este sábado vigilada palmo a palmo por la Policía. Los agentes no pueden permitirse que nada ni nadie entorpezca una de las maratones más importantes del mundo, una cita que atrae a personas de todos los continentes.La capital británica está engalanada ya para una fiesta deportiva que seguirán a pie de calle unos 650.000 espectadores a los que se les ha pedido que estén vigilantes.Las autoridades aseguran que no ven ninguna conexión entre el atentado de Boston y la maratón londinense pero aún así han revisado toda la seguridad y han incrementado en un 40% la dotación policial habitual para este evento. A la meta situada frente al palacio de Buckingham quieren llegar con éxito unos 36.000 corredores. La mayoría de ellos reconocen su preocupación por la tragedia de Boston.Una preocupación comprensible y es que resulta todo un reto proteger un recorrido de más de 40 kilómetros por lugares tan bellos y emblemáticos como el Big Ben. Un placer para los sentidos de unos participantes que cuentan ya las horas para esta gran prueba.