Centenares de indígenas contenían ayer viernes la respiración en el Palacio de Justicia de Guatemala. Eran momentos antes de la lectura de una sentencia histórica.Se juzgaba al ex dictador José Efraín Ríos Montt por crímenes contra la humanidad. La justicia lo condenaba a cincuenta años de cárcel por delitos de genocidicio. Y a otros treinta por crímenes de guerra.La sala estalla de alegría en el momento de su lectura. La premio nobel de la Paz, Rigoberta Menchú, aplaude la sentencia.La defensa del ex dictador no la cree justa y ya ha anunciado que la va a recurrir.Es la primera vez que los indígenas guatemaltecos hacen oír su voz y la primera en ser escuchados por la justicia de su país.Ríos Montt y su jefe de inteligencia militar, Mauricio Rodríguez, estaban acusados de ordenar la matanza, entre 1982 y 1983, de 1.771 indígenas de la etnia ixil en la provincia de Quiché. Por el juicio han pasado 98 testigos. Narraron cómo los militares quemaban sus cosechas y se apropiaban de sus animales para matarlos de hambre. Los testimonios más aterradores los presentaron 16 mujeres víctimas de violaciones masivas y reiteradas por parte del Ejército.Ríos Montt tiene 86 años y según la sentencia, va a pasar el resto de sus días entre rejas.