Como médico, Roser Servent, ha trabajado en varios países del tercer mundo. Asegura que desde pequeña su familia la ha educado en la solidaridad. De repente se dio cuenta que con la crisis, la pobreza empezaba a hacer mella entre sus vecinos. El Ensanche de Barcelona siempre ha sido un barrio de clase media acomodado pero de repente empezó a escuchar casos dramáticos. Fue entonces cuando junto a su hermana y su marido, y con la ayuda de una parroquia, creó el comedor social. De eso hace dos años. Ella se dedica a tiempo completo. Buscan fondos para recaudar los 5.000 euros al mes que necesitan para alimentar a diario a 108 personas.