Es la llegada a los juzgados de Gerona de uno de los mayores asesinos en serie de la historia de nuestro país. Reconoció los once crímenes que cometió, once ancianos de la residencia en la que trabajaba como celador. Este hombre, Joan Vila, se sienta desde hoy en el banquillo. Admitió los hechos, pero siempre mantuvo que no se sentía culpable, que los mató para aliviar su sufrimiento.