José Bretón les ha buscado con la mirada a su entrada en la sala en la que se le juzga. Su hermana Catalina le ha mirado durante apenas un segundo, bajando los ojos después, antes de sentarse. Ya ante el micrófono ha vuelto a cruzar una mirada nerviosa con su hermano, al que se acusa de la desaparición de Ruth y José, sus dos hijos. Catalina Bretón se ha acogido a su derecho de no declarar. Lo mismo ha hecho Rafael, su hermano, que ha evitado mirar a José Bretón al entrar en la sala. "No voy a declarar", han sido las únicas palabras que ha dicho. Al salir, no ha correspondido al saludo que su hermano, custodiado por dos policías, le ha dedicado desde el banquillo de los acusados. Si hubiesen optado por declarar, la ley les hubiese obligado a decir la verdad y prestar juramento.