Hasta un 10 por ciento podrían subir las bebidas alcohólicas cuando el Gobierno apruebe la reforma de impuestos especiales que está preparando. Se librarán cerveza y vino, esperanza de los hosteleros. En los estancos, temor a que las ventas se resientan. Subirán cigarrillos y el tabaco de liar, el último refugio de los fumadores que apostaban por no pagar más.