Las inundaciones y los desprendimientos causados por las lluvias del monzón han acabado con la vida de 1.000 personas y dejado miles de desaparecidos en el norte de India. Una amenaza de epidemia se cierne por los cuerpos en descomposición; para evitarla, los militares preparan madera y otros materiales que utilizarán para la cremación.Cerca de 33.000 personas han sido rescatadas hasta el momento, 15.000 permanecen aisladas por las fuertes inundaciones. Se espera que la cifra de muertos aumente considerablemente.Los equipos de emergencia incrementan los esfuerzos para evacuar a las personas que siguen atrapadas.