En la provincia de Uttarakhand, en el norte de la India, las fuertes lluvias continúan provocando el caos. La región más afectada ha sido evacuada lo más rápido posible por la gravedad de las riadas y los corrimientos de tierra. Más de 33.000 personas han tenido que abandonar sus hogares, además de numerosos turistas que se encontraban visitando la región. Las imágenes de los rescates se suceden sin parar, pero la preocupación de los equipos de rescate se centra ahora en acceder a las zonas más recónditas, donde miles de afectados todavía esperan para recibir ayuda. Las autoridades calculan que más de 1.000 personas podrían haber perdido la vida en las inundaciones. En el santuario de Kedarnath, uno de los más importantes del norte, han aparecido decenas de cadáveres; se cree que la crecida del agua pilló por sorpresa a los fieles cuando se encontraban rezando en el templo. El Gobierno ha movilizado al Ejército para colaborar en las tareas de rescate. También suministros básicos de comida y agua comienzan a repartirse en los puntos en los que el temporal ha golpeado con más fuerza. Las intensas lluvias son frecuentes en la India en esta época del año, pero este mes el agua caída ha marcado un récord histórico.